La trampa

Estaba eufórico. Era el primer día en su nuevo trabajo. Tenia ya una gran experiencia como ilustrador, pero siempre como autónomo. Ahora había conseguido que le contrataran en una de las grandes revistas del país. Estaba cansado de tirarse horas y horas trabajando para conseguir clientes, promocionándose, fomentando el boca a boca, tirando de amigos que tenían un amigo que trabajaba en .... , esperando horas delante del correo electrónico para ver si llegaba ese "Ok", o esas modificaciones de última hora , de acosar a viejos clientes para que le pagaran, de los impuesto, de las tasas de autónomos, de piratear programas de Internet que luego no funcionaban, de TODO. Ahora podría centrarse en su arte. Tendría un Mac nuevecito, todos los programas ya instalados por el personal informático, llegaría, se sentaría en su sillón, curraría, tomaría el café con sus nuevos compañeros, haría risas y a final de mes..tacatá!, a cobrar.
.......
Llevaba ya siete años en la revista y se consumía por dentro día a día. Esporádicamente consultaba otros trabajos. No aguantaba más. Se había planteado seriamente volver a hacerse autónomo pero ahora tenia más cargas. Con la estabilidad del trabajo, se lanzó a la compra de un pisito. Para independizarse de sus padres, hacer sus fiestecitas, llevar amigas a "ver una película" , todo eso. Pero ahora tenia que ir pagando la hipoteca del piso, la comunidad,  la luz, el agua. Recordaba con nostalgia a sus amigos de la oficina de coworking, los vinitos del mediodía, las partidas rápidas al "Edge of Empires" en su viejo PC. Estaba harto, harto de tener el correo electrónico desbordante de trabajos pendientes. De las riñas entre departamentos para priorizar sus trabajos, de las incoherencias de su jefe, de las jugarretas que le hacia el viejo Mac, de que ahora él hacia el trabajo suyo y el de aquél compañero que se jubiló, de que nadie valorara su trabajo, de las prisas, de los .."Todavia no está hecho?" y del café, De ese café que cada día le sabia más amargo pese a que siempre ponía al máximo la dispensadora de azucar.

Feliz 1 de Abril, "Día Internacional de la felicidad en el trabajo".  ;)

2 comentarios:

  1. La "estabilidad" nos tiene esclavizados. Muchas veces hay que pagarla muy cara.
    La disyuntiva entre un trabajo bien remunerado pero que no gusta y uno en el que te sientas muy a gusto pero con el que no llegas a fin de mes. ¿Por qué n existirán los términos medios? Al parecer, no lo bueno, bonito y barato.
    Me ha gustado mucho este relato-reflexión.
    Saludos.

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    1. Gracias por comentar. Es lo que pretendía hacer una reflexión sobre la vida que llevamos y lo difícil que es mantenernos contentos permanentemente.
      Un abrazo.

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